Como otras Vagas


Llegó, la vio… la observo, la olió. Sin pronunciar palabra la abrazó, ¡epa!
¡Burbuja con sabor a sal, donde unas gotas toman velocidad!
Algunas lágrimas buscaban, otras despertaban, valla a saber uno de que realidad. Dos cuerpos que se hicieron agua, agua caliente… las almas ardían donde el tiempo era otra cosa.
En el aire letras, volaban letras que formaban frases indescifrables, nunca antes pronunciadas, entonces comenzó la orquesta. Un sonido parecido al tambor, una voz con tono a alas. En la puerta se atropellaban los colores, brillantes, renovados… volviendo, volviendo como cuando uno regresa de algún sueño, de algún largo y tendido sueño.
Y volviendo al fin.
Las sonrisas mojadas fueron muchas, ese olor a fresias se respiraba profundo y los ojos, que decir, eternos ojos de amor, chapoteaban en el charco de sus sangres entremezcladas
Se quedó, la miró… la observó, la besó y sin pronunciar palabra se alejó, prometiendo el regreso.

Por que no puede ser único, tiene que haber más de eso… de eso simple,
Y lo hay…
Pero hay que saber esperar,

O a mi forma, buscar vagamente!
La Rusa, como otras vagas

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